De vez en cuando recibo correos electrónicos de personas adultas, de un rango variado de edades, muchas ocasiones mayores de 40 años que leyeron alguna de mis entradas como por ejemplo ¿me sirve de algo que soy superdotado siendo adulto?
Y no es que sea una súper influenser ni nada de eso, de hecho, últimamente no estoy teniendo tiempo ni de escribir por aquí, aunque pienso en ello cada día.
Pero aunque no esté al 100% con el blog, ni me dedico a esto de la divulgación, estoy teniendo la suerte de experimentar lo bonito que es que te escriban personas abriendo sus corazones y pensamientos, enseñando sus miedos y su vulnerabilidad con un tema que es hasta tabú.
Personas que viven en diferentes lugares y han tenido circunstancias distintas, pero que se sienten identificadas con lo que he ido escribiendo y necesitan respuestas. Y esto me llena a mí…
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