Versalles, 9 de diciembre de 2022
INTELIGENCIA
«Ahora bien, si la intelección y la opinión verdadera son dos géneros diferentes, estas realidades en ellas mismas existen sin lugar a dudas: las ideas no las percibimos por los sentidos, sino solo por la inteligencia. Pero si, como algunos creen, la opinión verdadera y la inteligencia no se distinguen en nada, tenemos que mantener que todo el que percibimos por los sentidos corporales tiene la máxima firmeza. Aun así, se tiene que decir que la inteligencia y la opinión son diferentes, porque tienen un origen diverso y se comportan de manera distinta. En efecto, la una proviene de la enseñanza, la otra de la persuasión; la primera siempre va acompañada de un razonamiento verdadero, la otra es irracional; la una es invulnerable a la persuasión, la otra le está sometida. Se puede decir que todos los hombres participan de la opinión, mientras que la inteligencia es cosa de los dioses y de una pequeña categoría de hombres.”
PLATÓN, DIÁLOGOS
Vol. XVIII
Timeu. Crítias
Fundación Bernat Metge
2000
Hemos visto a lo largo de las dos entradas anteriores cuales son las aproximaciones que se hacen desde las diferentes disciplinas a la Alta Capacidad Intelectual (ACI) o superdotación (SD), e incluso, a los aspectos sociales, económicos y culturales que influyen en su concepción.
Queda, pero, hacer inciso en las diferencias individuales, las cuales son objeto de estudio en las ciencias de la inteligencia.
A lo largo de este ejercicio de aproximación al aprendizaje en el alta capacidad intelectual, he obviado de forma premeditada todo lo relacionado con los contenidos curriculares de las diferentes disciplinas, las STEM por ejemplo: ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas, o bien, las ciencias sociales, no por que crea que no sean importantes, sino porque mi objetivo es no desviar la atención de los problemas que surgen a raíz de centrar la ACI o SD exclusivamente en el ámbito escolar y académico.
Centrarlo en ello impide poder profundizar en la verdadera adquisición y conciencia de cómo aprendemos en la ACI, donde hay un funcionamiento cognitivo distintivo.
Con los dos perfiles citados, el heterogéneo y el homogéneo existen diferencias significativas y aunque no se es cien por cien un perfil o el otro, si hay una tendencia dominante de un sobre el otro y en este sentido es interesante prestar atención a las grandes sutilezas en las diferencias individuales que aportan valor y a la vez dificultades en los procesos de aprendizaje.
UN CEREBRO MULTIMODAL
En los últimos trabajos neurocientíficos sobre las diferencias individuales en las ciencias de la inteligencia [1] se ha observado que en el funcionamiento de las redes de alto nivel hay patrones en los procesos cognitivos que parecen replicarse en cohortes de individuos que correlacionan con puntuaciones altas en los tests de matrices progresivas de Raven que miden la inteligencia general (g).
Las conclusiones, si las he entendido correctamente, es que se observa un funcionamiento en el cerebro de forma multimodal, donde las interconexiones de los diferentes nodos de las redes neuronales parecería que actúan a la vez y además, de forma autónoma, creando redes internas en ellas mismas independientemente de las redes principales. En este proceso y como novedad observable la actividad electroquímica disminuiría en espacios entre los diferentes nodos originándose una especie de vacíos que inducen a creer que faciliten cierta discriminación de la información para llegar a una mejor eficiencia en la respuesta dada. La velocidad de procesamiento también sería un elemento distintivo entre esta cohorte donde se observa una mayor actividad. Es este último factor el que crea cierto desconcierto en el individuo en el momento que llega a soluciones sin saber exactamente cómo lo ha hecho.
Todos los trabajos de investigación que se dedican a la ciencia de la inteligencia quedan lejos aún de aseverar una respuesta unitaria para determinar los diferentes grados de inteligencia humana y lo más importante, el de unificar criterios comunes en la conceptualización del que es o no es la inteligencia desde la vertiente más estrictamente biológica.
A los investigadores neurocientíficos, todo y disponer de datos y tecnología cada vez más avanzada para entender el funcionamiento del cerebro, dar una respuesta satisfactoria ante estas diferencias individuales observables en la inteligencia todavía les representa un gran enigma.
En este sentido, las ciencias de la inteligencia que habían descuidado la importancia del sistema límbico en la investigación infieren en la actualidad una relación capital que no se puede aislar de las funciones cognitivas por su importancia en los procesos de alta complejidad donde las emociones y los sentimientos, forman un todo en el desarrollo de la personalidad que responden tanto a factores filogenéticos como ontogénicos.
Y es esta complejidad por estas diferencias individuales que hablamos de este colectivo tan particular, que son lo bastante importantes en esta población para poder observar empíricamente unas diferencias conductuales y de aprendizaje, donde tanto las fortalezas como las vulnerabilidades pueden llegar a explicar el porqué de un funcionamiento desconcertante en momentos determinados.
LA EDAD EN ESTE PROCESO ES VITAL
La comprensión de aquella «tabula rasa» que no somos, es lo que nos puede facilitar entender exactamente como funcionamos, aspecto importante, ahora sí, para poder orientar el aprendizaje hacia los intereses que más se adapten a nuestra manera de ser, y muy importante, estar atentos a los biorritmos en el día a día ya sea en el proceso de escolarización como en el ámbito laboral.
Norma esta del párrafo anterior válida a todo ser humano que se preste a llevar una vida digna y saludable.
Conscientes de las dificultades (este autor es consciente), esta educación consistente en Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NESE) acontece imprescindible, no tan solo para lograr unos resultados para desarrollar un posible talento, sino también, para intentar conseguir un desarrollo armónico que facilite desplegar estas singularidades que pueden o no favorecer lograr altos niveles de conocimientos. En este sentido, hay que entender que no se trata de qué «son más inteligentes», «brillantes», etc., sino de la existencia de unos rasgos diferenciales que divergen del resto para vivir experiencias únicas en la experiencia subjetiva de interpretación de la realidad, y esto tan altisonante puede llegar a ser motivo de conducir a situaciones y estados muy deplorables para el sujeto en cuestión.
La herencia genética, el entorno y la fuerza interna son tres factores suficientemente complejos en su interacción entre ellos y los procesos de maduración y crecimiento de un individuo, que difícilmente se puede hablar de una población única con talento más allá de la pura especulación por estudios estadísticos que refieren a aportar de los macrodatos relacionando cociente de inteligencia alto con más éxito en la vida respecto al resto de la campana de Gaus. En este sentido, hay que remarcar que estamos hablando de una ínfima minoría respecto al resto de la población [2].
Así pues, tal como he apuntado anteriormente estos trabajos no tienen presentes los trastornos que se pueden dar en el proceso de neurodesarrollo, que coincide en momentos claves como es el de la poda sináptica.
Querría afirmar que de la lista extensa de los catálogos del DSM-V y del CIE-10 en cuanto a trastornos y salud mental no para de aumentar y que la afectación en la población da cifras cada vez más altas en sectores como el de los sanitarios, la educación, cuerpos de seguridad, etc., y en población en edad escolar. Difícilmente uno puede pensar que tener ACI protege con tantas variables, es cuando menos, una ilusión. La aparición de trastornos como la anorexia nerviosa o el trastorno límite de la personalidad o borderline tienen sus raíces en la heredabilidad y el entorno, como casi todo trastorno, pero también, en otros trastornos del neurodesarrollo como el TDAH o el TEA y los de aprendizaje como la dislexia.
Y si bien la educación en el alta capacidad intelectual es un objetivo social y político de las corrientes que conocemos como «desarrollo del talento», se tiene que asumir y responsabilizar de los daños colaterales que pueden acontecer de unas praxis que carecen de la suficiente investigación más allá de preparar y educar «a los más capaces», frase esta extremadamente desafortunada que afecta de lleno a parte del colectivo de ACI.
Son muchos los casos que en la edad adulta arrastran la frustración y el trauma de una escolarización exigente y a la vez invalidante, casos tan paradigmáticos como los del matemático Grigori Perelman (tomando como modelo un caso donde la supracognición es presente).
Uno de los matemáticos más brillantes del siglo XX que logra resolver la Conjetura de Poincaré y quién rehúsa a recibir la medalla Fields (el emérito todavía lo está esperando en Madrid, sede escogida para la entrega del premio) y dejar por siempre jamás las matemáticas aislándose de todo el ruido mediático para dedicarse a vivir con su madre en un humilde apartamento de San Petersburgo.
El caso de Perelman no es ni único, ni exclusivo a lo largo de la historia, ni será el último…
¿ Cómo puede afectar esta presión a la infancia de un colectivo con unas características de personalidad tan singulares? La historia y la ciencia ya no dudan al alertar de las consecuencias negativas hacia este colectivo, más sabiendo que solo 1 de cada 10.000 a la derecha de la campana de Gaus llegan a ser estudiantes precoces en la edad de los trece años que llegarán a la excelencia siempre y cuando se ponga a su alcance los medios necesarios para facilitar estos «éxitos» futuros.
En el camino, ¿qué se habrá hecho del resto de etiquetados como de altas capacidades? ¿Cuáles las consecuencias en familias y en los niños creándoles falsas expectativas? ¿Y qué será de los que sufren trastornos en el neurodesarrollo y el aprendizaje no tratados adecuadamente por la idea equivocada sobre la superdotación?
No, tener más capacidad cognitiva no es ser más inteligente, el relato o marco mental sobre las altas capacidades de la existencia de una población escolar más capaz que el resto es un error conceptual del siglo pasado que países poco sospechosos de no dedicar dinero e ingentes esfuerzos en Educación como Reino Unido, Alemania, Francia, Suiza, etc., han abandonado, en los EE. UU. se está poniendo en cuestión toda esta corriente alrededor de los programas para alumnado “superdotado».
PODA NEURONAL
Los neurocientíficos denominan poda neuronal al fenómeno que se produce cuando se empiezan a romper los enlaces de las redes neuronales con los cuales hemos venido al mundo en una primera infancia, que ya no nos serán necesarios para dejar espacio a la creación de nuevas redes para prepararnos para pasar a la edad adulta. Estas nuevas conexiones neuronales irán incrementándose y ya no se pararán de formarse hasta bien avanzada edad, alrededor de los 65-70 años se continúan creando. Este proceso es el causante de cambios importantes en el desarrollo de la personalidad. Los efectos más observables empíricamente se visibilizan a edades prepuberdad y en la adolescencia en formas como estar más irritable, tener más necesidad de estar con los amigos; en el incremento de horas de sueño; en ciertos estados de fatiga; en problemas de construcción de la identidad y existenciales, en definitiva, en el de un periodo de inestabilidad emocional y de crecimiento físico crucial.
MI ADOLESCENCIA
Visto en perspectiva puedo recordarla cómo uno de los momentos álgidos en mi vida destacado.
Toda aquella inseguridad inicial de los doce a los catorce años se transformó en autoestima y confianza en mí mismo como hacía tiempo que no sentía. Lograba así un nuevo nivel de conciencia que me ayudó a creer más en mí mismo, de los catorce a los dieciséis años los cambios fueron sorprendentes, pasar de un cuerpo infantil a muscular de forma importante, a tener una visión espacial mucho más amplía y ser consciente, a empezar una vida sexual intensa y muchas veces, incluso demasiado desbordante y obsesiva.
Había sido bastante perfeccionista; con una elevada sensibilidad e intensidad en todo lo que hacía, tanto a escala emocional como sensorial, disfrutar del olor de la lluvia, de sentirme vivo y sentir la agradable sensación del suave toque del Sol en la cara en un día cualquiera de primavera o del frío intenso del invierno; de disfrutar al respirar aquel aire frío que sentía como puro alimento. Todo era disfrutar del placer de los sentidos, no tanto pero, de los aspectos ¡sociales!
Pero estos rasgos de mi personalidad, por el hecho de no haber sabido entender habían hecho aparecer en mí un elevado sentido de inferioridad hasta el punto de tener dificultades de verbalizar en las interacciones con la gente y no ser capaz de articular una frase entera sin echarme a llorar. Mi autoestima y autoconfianza llegó a estar bajo mínimos; al umbral de la tristeza más absoluta; no me atrevería a hablar de depresión, pero si en un estado que se le asemejaba desgraciadamente demasiado. Mi autoprotección quedó desmenuzada, afectada de forma considerable, hasta el punto de llegar a poner la vida en peligro más de una vez, pero en este breve espacio de tiempo mi vida llegaría al momento que la situación se invertiría considerablemente de una forma también acelerada.
LIDERAZGO
En poco tiempo llegué a ser el líder del grupo de espeleología, a pesar de estar siempre en la sombra de los dos líderes naturales del grupo. No me habían aceptado en un primer momento y ahora los tenía a los dos de maestros. Ahora con uno, ahora con el otro. Mi relación con ellos era del discípulo útil. Mi afición a charlar sin freno me favorecía a la hora de ir con ellos a todas partes en los viajes largos. Llevarme de copiloto era garantía de no aburrirse ni de quedarse dormido al volante. Tenía grandes conversaciones sobre cualquier tema filosófico y metafísico, muy especialmente con Carlos. Grandes charlas sobre el origen de la vida: que si formábamos parte de un ser más grande y nosotros éramos simples bacterias dentro del cuerpo de este ser superior, que éramos seres insignificantes e imperfectos, etc. Noches con las Perseidas que observábamos desde las ventanas del coche. Aquellos años fueron interesantes y de una plenitud que no había experimentado hasta entonces.
Carlos y Adolfo eran cuñados. Formaban parte de un grupo de élite en el mundo de la espeleología (rondaban los dos los treinta y pocos años) con dos compañeros más. Uno era de Barcelona, Jordi, y el otro de Zaragoza, Rafa. Se dedicaban a hacer las grandes travesías de las cavidades más importantes del país y de Francia. En las salidas podían llevar a uno de sus discípulos. Y me escogieron a mí para acompañarlos. Me sentía un privilegiado. Con tan solo dieciséis-diecisiete años estaba recorriendo la península y el Pirineo francés de la mano de los mejores espeleólogos del momento. Conocí al discípulo del de Barcelona, David, teníamos la misma edad. Era un atleta total y absoluto. Lo llevaba todo controlado. No bebía, se cuidaba muchísimo: control absoluto de la comida, entrenamientos constantes, etc. Estudiaba medicina. Mi caso era igual, pero sin tanto control. Prefería un buen almuerzo de tenedor que tanto muesli y barritas energéticas. Continuaba saliendo de fiesta. Yo era un non-stop, un todoterreno…
Rafa, el de Zaragoza, era el líder del grupo, una mezcla entre personalidad paranoica y neurótica, de cultura ruda, dura, con toques de educación militar, pero con un sentido del humor negro y sarcástico desbordante. ¡Tenía un rostro que se lo pisaba! ¡Nos entendimos a la perfección! Con él los discípulos duraban poco. Éramos los dos más irreverentes del grupo. Pero también los más atrevidos e incontrolables. El grupo era realmente potente. Cuatro adultos y dos jóvenes a los cuales no se les acababan nunca las pilas. Reventamos todos los récord de horarios que había hasta el momento en las grandes travesías. Funcionábamos a la perfección.
Aprendí muchísimo. Las diferentes situaciones que te tocaba vivir en unos entornos hostiles —para la condición física humana— te obligaban a hacer una gestión mental y un control del cuerpo exigente. Situaciones de agotamiento físico extremo en que la mente tiene que hacer esfuerzos considerables de autocontrol. Hacía falta, también, mantener un nivel elevado en las relaciones interpersonales. El trabajo en equipo y el compañerismo como valor supremo. Ayudar a los tuyos y sacrificarte cuando tu pareja está en peor situación física y psíquica que tú, muchas veces, se hacía tremendamente difícil. Y lo haces, te tranquilizas y te maravillas de observar hasta qué punto el ser humano puede aguantar situaciones tan extremas. Las alucinaciones se hacen presentes. En mi caso se me aparecían encima de la cabeza una especie de luces blancas que me pasaban de forma permanente. No sabría explicar cómo eran exactamente. Pero yo les decía que eran como un tipo de ratas compactas y blancas. Se reían cuando se lo explicaba…
Poner la mente y el cuerpo al límite en un lugar donde no te puedes escapar porque solo hay una salida y tienes que salir tanto sí como no, te puede llevar a estados de alucinaciones y de impotencia absoluta. Unos gritos y un zarandeo en el momento crítico son el empujón para seguir. Es en estos momentos cuando te das cuenta de tu verdadero potencial y agradeces la acción contundente del otro porque te permite darte cuenta de hasta dónde eres capaz de aguantar el dolor cuando pensabas y creías que ya todo estaba perdido. Te recuperas, vuelves a confiar en ti y sacas las fuerzas del lugar más profundo de tu alma que te permite salirte de forma satisfactoria. Aprendes a sentarte en posición de la postura de Buddha, apagas la luz y te concentras para no sentir ninguna parte de tu cuerpo dolorida, húmeda y fría. Consigues paralizar bajo mínimos el cuerpo y la mente. La oscuridad y el silencio te ayudan a entrar en una calma que te permite soportar la situación en la cual te encuentras. Sientes el grito de tu compañero y te toca enfilar cuerda arriba. Lentamente, te sitúas a la cuerda e inicias la subida con una calma celestial. Queda una eternidad, pero sabes que te saldrás. Tiempo para reflexionar y distraer la mente del dolor. Pronto estarás con un caldo o un té caliente entre las manos y se habrá acabado una de las tantas temidas salidas de una exploración subterránea de una gran cavidad.
Explorar el territorio, conocer hasta los últimos confines de la Tierra y del Universo. Este gran motor de la humanidad incorporado en el software de forma casi inequívoca. Una de las cosas que más me gustaba de estar bajo tierra era saberme el primero a acceder a lugares donde nadie nunca había estado. Era el primero. El primer explorador. Las primeras huellas en aquella arena blanca llena de cristales. El primero a entrar en salas llenas de estalagmitas y estalactitas, de gours con formas redondeadas llenas de perlas sumergidas en aguas claras, puras y cristalinas. Escuchar el silencio y apagar la luz para sentir el placer de su ausencia total. El silencio o el sencillo ruido de una gota de agua desprendiéndose de una estalactita. Al cabo de unos instantes de soledad llegaban los compañeros. La euforia me llevaba a acelerarme dejándoles otra vez atrás. Aumentaba de tal manera que, a pesar de que acumulaba horas de exploración y de fatiga, la sensación de encontrarme físicamente bien crecía. Nos acelerábamos recorriendo centenares de metros nuevos de galerías hasta que el reloj nos decía que tocaba pararnos para empezar a preparar la salida, o bien nos parábamos porque llegábamos algún punto donde un accidente orográfico nos barraba el paso. Ir siempre delante y abriendo camino. No lo he dejado nunca de hacer. Encontrarse con el yo natural y primitivo…
También la gloria de pasar a la historia. El anhelo de los intrépidos, de los valientes y briosos. Aquello que la humanidad transmite de generación en generación y que hace que cada vez se tengan que hacer las burradas más extremas. Transcender, ser eterno para conseguir, una vez no estés, que se hable de ti ¡ cómo si de un héroe nacional se tratase!
Una de las cosas que más me gustaba de la espeleología era que, igual que yo no tenía ni idea de qué era cuando descubrí el logotipo en el jersey de mi amigo, la mayoría de la sociedad tampoco lo sabía. Sentirte un héroe quedaba restringido a los que nos movíamos en este mundo. Y eso sí que me satisfacía. Había encontrado una forma de disfrutar de mi cuerpo y mente sin tener la presión social que se acostumbra a tener en otros deportes de más presencia en la sociedad.
El trabajo en equipo y el buen ambiente que logramos aquellos años hicieron que el nivel del club subiera como la espuma. ¡Los líderes estaban contentos!
En la montaña puedes llegar a saber exactamente cómo es la psicología exacta de aquella persona o grupo con el cual estás interactuando. Situaciones que te enseñan cómo es realmente la naturaleza humana. La verdad no se puede esconder. El hombre tal como es, desnudo ante su existencia en la adversidad.
Pero no todo fueron alegrías, no se tardaría mucho en aparecer la parte oscura de la condición humana. Mi edad me hacía ser un idealista, creía en el bien por encima de todo, a pesar de haber sufrido una escolarización nefasta y una situación familiar en aquellos momentos de cierta desestructuración. Me costó ser aceptado por aquel club de espeleología formado por personas de clase alta con un alto poder adquisitivo y de reconocimiento social y cultural, yo venía de la calle y de llevar una vida paralela «andando por el lado oscuro de la vida», mi insaciable curiosidad más un nerviosismo constante me hicieron ponerme en riesgo flirteando en el mundo de la hampa. Lo tenía que conocer todo, lo bueno y lo peor, ¿como si no podía aprender de cómo era la realidad de la condición humana?
INDIVIDUACIÓN
A los quince años había decidido que nadie gobernaría mi vida, ni que tampoco creía que merecía la pena leer ningún libro aunque me costara más llegar a la verdad de las cosas. El hecho de llegar por mí mismo le daría un valor superior, sólo me propuse ir a las fuentes del saber una vez hubiera hecho el ejercicio por mí mismo de obtener una aproximación a la realidad para verificar si tenía razón. Los periodos de más reflexión eran los que después de implicarme en un proyecto y haber confiado plenamente en las personas con quienes me interrelacionaba, la confianza se había roto por discrepancias, por traiciones, por sentirme utilizado y ver como se utilizaba a los otros y sobre todo, por envidia. El comportamiento humano desde una vertiente racionalista siempre acaba decantando hacia los dogmatismos que impiden avanzar y construir en la dirección que al menos en mi caso son el motor de la motivación y el de no caer en el tedio y el sectarismo. La envidia y el poder de muchos líderes es desgraciadamente insaciable. La corrupción, su forma de vivir y de conseguir este poder sobre los otros, la visceralidad que lo impregna todo y la aparición del asco y el desprecio irreconducible en los otros me ha obligado siempre a cambiar de rumbo y abandonar proyectos en los cuales había depositado mucha energía para intentar desde mis más humildes posibilidades mejorarlos en beneficio de todo el mundo, y también, por supuesto, cómo reto personal.
Periodos largos de tristeza por no haber logrado despertar la suficiente conciencia en los grupos donde actuaba que me llevaban a estados de introspección, de cierto escepticismo e incluso a un nihilismo insoportable. Afortunadamente, mi oficio me permitía aislarme el suficiente de todo para concentrarme al pintar casas, pisos y todo aquello que se pudiera pintar para disponer de tiempo para pensar y recuperar la ilusión para volver al ataque.
Esta fuerza innata de sentir la imperiosa voluntad de encontrarse ante un problema, donde sea: en la escuela de tu hijo, en la comunidad de propietarios donde vives, en la comunidad de regantes, en el centro social o asociación A, B, C…, X…, n. o el que sea, de levantar el brazo y volverte a poner en el medio de un problema altamente complejo el cual sabes que si no funciona, es por qué hay la mano negra de alguien que lo impide. A la vez, saber que en el termino o de un plazo de tres a cuatro años generaras a tu alrededor, tanto adhesiones incondicionales de gran valor y calidad humana y a su vez, por el otro lado en un sector un elevado odio visceral hacia tu persona, pero te pones de lleno y no te conformas en ir haciendo, ¡te pones para cambiarlo todo!
Y así es como aprendemos, a partir de la experiencia y de la enseñanza de quien te ha precedido. Aprendes desde una estrategia analítica y crítica, desde un razonamiento que crees que te da las herramientas para solucionar todos los problemas existentes y los que vendrán, pero esta estrategia acontece en el fondo un autoengaño; los problemas no se solucionan, los problemas se transforman, por lo tanto, te das cuenta que en el fondo estás atrapado en un tipo de bucle infernal que te lleva a un escepticismo paralizante y existencial terrible, y este es un peligro de aislamiento real, de perder toda esperanza en el sentido de la vida.
Pero llega un día, como si de un tipo de clic se tratara, que quizás te habías dejado lo más importante a tener en cuenta, que es exactamente quién eres y como funcionas y que hay que empezar a hacer un giro, suave, pero imparable, para darte cuenta que la razón te ha llevado a una gran capacidad de adquisición de conocimientos, pero que de poco o nada sirven si no entiendes tu funcionamiento cognitivo ¡ y el del Universo entero!
Es un momento especial este, de una gran contundencia darte cuenta que tu estrategia quizás no es y no ha sido una estrategia suficiente acertada, que la inteligencia no es razonar por los descosidos y tragar libros y acumular datos y datos sin parar, sino que es conocerte, confiar en tu instinto y tu intuición y sobre todo, sobre todo, tener la sensación de pasártelo bien y disfrutar en aquello que haces, en aquello que te funciona más allá de los valores sociales establecidos por la sociedad en la cual te toca vivir.
En la ACI este aprendizaje es fundamental, confundir inteligencia con sabiduría es fácil, y estos conocimientos que se transmitían de generación a generación fueron borrados de la práctica común. Se perdieron en el momento que se pierde la figura IMPRESCINDIBLE del maestro-discípulo.
No en vano, estos niños funcionan con un alto rendimiento con según qué maestros y en otros ocurre lo contrario, esta personalización y práctica ancestral es o tendría que ser uno de los pilares de la educación, desgraciadamente en un sistema educativo universal y, por lo tanto, masivo, acontece una práctica utópica.
EL GRUPO DE INVESTIGACIÓN
No podía dejar escapar la posibilidad de crear un grupo de investigación de adultos para verificar lo que había entendido respecto a la SD, ponerlo en común creía merecía la pena hacer el esfuerzo, en este grupo intenté agrupar personas de ACI de lugares como Mensa, Acacia, Confines, entre particulares y profesionales varios del sector de las Altas Capacidades tanto desde el ámbito clínico, de la psicología, de la pedagogía y de la educación en general. El resultado final no puedo decir que fuera decepcionante, porque ya se parte en el país de premisas erróneas sobre el concepto de ACI, pero si muy poco gratificante observar que en el colectivo de alta capacidad hay muchos problemas que afectan la salud mental en la vida adulta, también a una dificultad de observar una cierta incapacidad de cambiar como en la población en general aún sabiendo de transitar por caminos equivocados, a observar que más allá de unas personalidades altamente egocentristas poco o nada es destacable más allá de estar inmersos en un tipo de burbuja con tendencia a un discurso cerrado y en cierta forma extremadamente sectario que asusta.
Si la inteligencia existe, yo no lo he encontrado en este colectivo que se diferencie del resto de los mortales, lo que si me he encontrado es mucho dolor, mucho resentimento y afecciones debidas a los trastornos en etapas de neurodesarrollo, los cuales antes de despedirme del grupo me llevó a crear un decálogo para intentar lograr cierta plenitud en la vida, donde en la primera posición puse como imprescindible la HUMILDAD, de aquello que parece sencillo, pero que es un verdadero reto.
DECÁLOGO POR UNA VIDA PLENA
1. HUMILDAD
Se puede interpretar de esta primera virtud que uno tiene que ser humilde en las formas, en su manera de vivir, que tiene que vivir en la sencillez, no ser ambicioso y no buscar el éxito, etc., y todo esto puede ser en parte, pero la humildad va más allá, la humildad es aquel trabajo interno que sólo uno puede hacer en el intento de controlar las pulsiones primarias: para trabajar la envidia, los celos, el sexo, la inteligencia. Sin esta capacidad de ser humilde con uno mismo nada es posible, no se puede llegar al conocimiento verdadero de las cosas. La humildad no es una cosa que se tiene y todo fluye, la humildad requiere hacer en todo momento un esfuerzo de meditación constante, de reflexión y de respeto por un mismo, por los otros y por el mundo que nos rodea, casi nada…
2. TENER SUFICIENTE DINERO PARA NO SER DEPENDIENTE.
Si ser humilde es condición innegociable para conseguir un bienestar interno importante, la humildad mal entendida no nos tiene que llevar a descuidar que sin dinero suficiente, no hay libertad posible, principio este de la posibilidad de libertad imprescindible para conseguir un estado de autorrealización ineludible, situarla en la segunda posición indica su vital importancia.
3. INTENTAR NO ALEJARSE DE LA NATURALEZA (DE LA REALIDAD)
Correr el riesgo innecesario que un pensamiento intenso cree expectativas elevadas donde la imaginación, más una pasión desbordante, haga perder de vista la única realidad incontestable, que nada es más real que la naturaleza de las cosas de la que formamos parte. Cuando digo naturaleza, me refiero al Sol, al agua, a la tierra, al aire, a las montañas, a los ríos y océanos…, y a todos ser vivo en la Tierra y a las verdades únicas del intelecto.
4. TENER UN GRAN AMIGO O AMIGA (TENER RELACIÓN CON LOS IGUALES)
Aunque haya una tendencia a no ser tan gregarios como el resto de la población, no podemos obviar ni olvidar que como especie somos gregarios, la soledad es una de las causas mayores de sufrir enfermedades e incluso causa de muerte más importante, como para no tener presente en todo momento que un buen amigo y sentirse parte del grupo con cierto reconocimiento social aporta a nuestro bienestar un plus en la calidad de vida a no descuidar.
5. AUTONOMÍA EN EL TRABAJO (AUTÓNOMO O FORMAR PARTE DE UNA GRAN EMPRESA)
Las personas con fuerte componente de liderazgo, de autosuficiencia, autodidactas, creativas, etc., difícilmente podrán seguir órdenes, una rutina y disciplina que no se avenga a su forma de hacer. Otro aspecto crítico en este sentido, es que las diferencias individuales impactan plenamente en los biorritmos. La organización y la motivación en el trabajo y la flexibilidad acontecen fundamentales, desde un cargo directivo se pueden desarrollar estas capacidades con más facilidad que siendo un subordinado, de aquí que ser tu propio jefe o dirigir dentro una organización bastante grande donde poder moverse sin llegar al tedio.
6. AUTOCONSTRUCCIÓN HASTA LOS 36-40 AÑOS (Desintegración positiva)
En todo proceso de desarrollo de la personalidad no puede haber ni realizarse una desintegración sin antes haberse autoconstruido en relación con las estructuras sociales y culturales del entorno, aunque pueden ir de forma paralela, el logro de una estructura psíquica y física considerable requiere seguir de los procesos naturales que pueden alargarse hasta edades avanzadas como la citada al enunciado, para empezar a romper definitivamente aquellos aspectos de la personalidad que ya se consideran logrados y se muestran obsoletos para llegar a una mayor plenitud.
7. ADQUISICIÓN CONSTANTE Y PERMANENTE DE CONOCIMIENTOS
El conocimiento es ilimitado e imprescindible para movernos bien en la vida, para lograr mejores grados de adaptación, por lo tanto, es una necesidad vital y natural de la condición humana que favorece la mejor conectividad de las zonas deL córtex frontal con el sistema límbico, si existe la felicidad, sin duda, se encuentra al conseguir este estado que los místicos denominan «iluminación» o sabiduría. Requiere tiempo y más que cantidad, calidad, «coger el hilo que agarra el resto» que dijo Confucio a su discípulo al preguntar si lo consideraba culto y leído.
8. MEDITACIÓN (Mindfulness, yoga, etc.)
Como el punto siete, meditar, reflexionar sobre un mismo, parar el tiempo, etc., favorece estas conexiones neuronales en todo el sistema nervioso, meditar no es necesariamente dejar la mente en blanco, el hecho de parar y pensar, de calmar la mente ya es en si permitir al cuerpo-mente bajar los altos niveles de estrés causantes del 60% de las enfermedades consideradas graves, se puede meditar andando, cazando moscas, en la ducha, etc. aunque la práctica ayuda a centrarse en técnicas más elevadas.
9. CONTROL Y MEDIDA DE LOS EXCESOS (comida, alcohol, drogas legales e ilegales, sexo, deporte, etc.)
Ni el estoicismo, ni el epicuerismo, ni el hedonismo, mantener en lo posible cierto equilibrio entre el placer y las contrapartidas que conducen a las adicciones, y por tanto, a la perdida de salud y de libertad, parece obvio, pero es una gran batalla.
10. ALTRUISMO
Ayudar, contribuir, facilitar el bienestar a los otros, sean cosas, personas u otros seres vivos sin esperar contrapartidas a cambio. Las posibilidades de llegar a alcanzar grandes dosis de humildad favorecen conseguir aproximarse a un estado de casi vida plena e ir mucho más allá en la adquisición de conocimientos más allá de las adversidades inevitables.
FINAL
Quiero agradecer la lectura a los que hayáis hecho el esfuerzo de llegar hasta este final de estos tres artículos que han sido escritos con la intención de encontrar certezas en una condición compleja como es la de la condición humana donde encontramos una población con unas singularidades que necesita, necesitamos salir de cierta burbuja donde se nos ha colocado, uno, para aproximarnos lo más posible en la realidad, y dos, para lograr desarrollar nuestro potencial en la línea de lograr una vida tan plena como sea posible.
Así pues, como decía Platón: «… Se puede decir que todos los hombres participan de la opinión, mientras que la inteligencia es cosa de los dioses y de una pequeña categoría de hombres.»
Y soy de los que piensa que aprender, buscarla y encontrarla es un verdadero regalo (gift) del cual no podemos prescindir.
Bibliografía:
1. https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2021.07.31.454563v1
2. https://acrobat.adobe.com/link/review?uri=urn:aaid:scds:US:b26260d6-a9cc-339b-8f65-09dd46a46d3a
Ferran Casadó, a 30 de abril de 2023