
Ferran Casadó a 21 de mayo de 2023, Barcelona.
A lo del funcionamiento cognitivo hay que darle las vueltas que sean necesarias para llegar a intentar comprender lo que puede llegar a suponer un cerebro disléxico en una alta capacidad intelectual (ACI), y me ha venido a la cabeza un trabajo del neurólogo Michel Habib que amplia muchísimo este interesante trabajo sobre la percepción alofónica, porque lo que sucede en palabras de @alienadaconscient1 es que «la percepción del habla es alofónica en disléxicos. Es decir, mucho más compleja que en los lectores normales.»
Y como mi campo de investigación por interés propio y vital (fuera de circuitos formales) es la alta capacidad intelectual (ACI), en una parte de este alumnado la cosa puede llegar a complicarse muchísimo con una posible dislexia o no tiene porque haberla a niveles probablemente de cierta ¡in-so-por-ta-bi-li-dad!
Pero que en cambio, bien conducido, puede como ocurre en muchos de los «trastornos de neurodesarrollo y de aprendizaje» convertirse en un gran potencial de desarrollo de la personalidad y por ende, de la inteligencia.
Aunque comporta tal complejidad que toda precaución es poca. En procesos de neurodesarrollo se debería aplicar el principio primum non nocere (via @Indomitus8 ) y la psicología académica, mayoritariamente cognitivista, igual debería hacer el esfuerzo de ser más prudente.
Este porcentaje minoritario en la población (alumnado) juega en desventaja por ser el sistema educativo orientado el 70% de su contenido a la lectoescritura, pero en desarrollo de la personalidad la cosa cambia y es importante darse cuenta lo antes posible y utilizar medios como las TIC ampliamente, más lo que apunta Habib y no descartar todo trabajo manipulativo (artesanía, dibujo, pintura, etc.), música, danza,… por tanto, es tal la diversidad: disortografía, dispraxia, discalculia, entre otras, que un modelo educativo holístico es imprescindible.
Y a lo que voy, la psicología diferencial es la que puede aproximarse más y mejor, el «debe adaptarse» cognitivista, sin ser descartado, necesita grandes dosis de humildad, lo contrario puede y de hecho provoca dolor y al colectivo que dedico tiempo esto se convierte en diagnósticos erróneos, por no saber, por ejemplo, interpretar un triste test de CI, como estoy semana si, semana también comprobando…
Y es que nada peor que coexistir una discapacidad, lo es, como si de una miopía se tratara y que te pongan la etiqueta de Altas capacidades, esto es ¡explosivo!
Bien que lo sabéis. Ahora, lo dicho, las fortalezas ahí estan, es el medio el que te es hostil, luego cambia el medio (pedagogía) y el problema se desvanece…¡No al individuo!
PD: Y la inteligencia se enseña, pero para esto faltan buenos maestros y maestras.